La comunicación constituye el eje de toda estrategia en una campaña electoral, todos los elementos comunican y son cuidados para significar lo que los candidatos quieren representar.

Como ya hemos visto, el Imaginario Colectivo de una sociedad, ese conjunto de creencias, signos e ideas, no responde al candidato por “lo que dice”, sino al “por qué y cómo lo dice”.

De ahí que cuando un candidato se dirige con un discurso ante su audiencia, además de cuidar las palabras que debe elegir para transmitir su mensaje, también es de suma importancia cuidar los mensajes que transmite con su cuerpo, sus expresiones, su postura, sus ademanes, entre otros.

 La Comunicación No Verbal es el conjunto de signos más complejos que el lenguaje humano, que transmiten mayor contenido en cuanto a lo que expresamos tanto de manera consciente como inconscientemente.

Como seres humanos, al enfrentarnos a cualquier toma de decisión, en el proceso interviene en un 80% las emociones y en un 20% las razones. En la política, nuestra elección por un candidato pasa por el mismo proceso, a quien elijamos dependerá de los sentimientos que nos generé. Así como la credibilidad que tengamos sobre él y la coherencia que encontremos en el mensaje transmitido.

Y es que existen ciertos factores que merecen una meticulosa revisión:

  • En tan sólo 9 segundo, el ser humano es capaz de generar una primera impresión sobre una persona.
  • Y bastan 30 segundos para que nuestra mente sea capaz de evaluar el nivel de educación del interlocutor.
  • El 85% de lo que la audiencia se lleva consigo y retiene de un discurso depende del lenguaje corporal, expresiones faciales y ademanes de quien tiene enfrente.
  • Cuando emitimos un mensaje de manera oral, el 38% de lo que estamos comunicando depende del tono de voz, volumen, timbre y modulación.
  • Y al hablar de nuestras expresiones faciales, contamos con 44 pares de músculos faciales que nos permite manifestar micro expresiones que parecieran no ser perceptibles a primera vista, pero que se guardan en nuestro inconsciente.

 La gente no sólo oye las palabras que un candidato emite en su discurso, desde el momento en que el candidato se coloca en el escenario, el electorado se crea una impresión sobre él. A partir de su postura, su imagen y la manera en que se desenvuelve, la audiencia será capaz de evaluar su personalidad y atribuirle características positivas o negativas que influyen directamente en la credibilidad de los mensajes.