La comunicación asertiva constituye el aliento que le da la vida a una campaña, a una organización, a una figura pública y a cualquier mensaje. Es a partir de la comunicación asertiva que los políticos acceden a los medios que necesitan para operar. Digamos que los medios primarios son el Imaginario Colectivo, las posiciones ganadas, alianzas, proyección en la carrera política. Y los medios secundarios, que no por ello son menos importantes, como lo pueden ser la legitimidad, la reputación, el prestigio. Se accede a los medios teniendo un papel determinante en la política, es decir, ganando posiciones estratégicas.

Las organizaciones políticas tienen influencias en medios sobresalientes mediante el ejercicio directo e indirecto del contexto en el que se mueven: grupos de presión, alianzas, relaciones institucionales – así como, por supuesto, a través de la propaganda o publicidad y otras acciones relacionadas con el Imaginario Colectivo, que al final es quien puede otorgar la entrada en la palestra del juego político. El común denominador es que se requiere una comunicación asertiva para lograr resultados benéficos.

El discurso y el modo en que se expresa, es el modo en que se piensa. Se habla y se escribe como se piensa. Alguien con una cultura pobre se expresará con un lenguaje muy limitado. Alguien con una cultura limitada pensará de manera limitada.

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El Imaginario Colectivo es quien otorga la entrada en la palestra política.

Si se descuida este aspecto, desconectando la comunicación de la gestión estratégica y del Imaginario Colectivo, se corren riesgos muy serios.

¿Qué se debe de hacer?, por lo pronto expongo los siguientes puntos.

  • La comunicación asertiva permite el diseño de una estrategia:

Un discurso adecuado y efectivo permite que la figura política se centre en los aspectos importantes. También permite evitar las contradicciones, que lo que se le diga al Imaginario Colectivo sea congruente con las expectativas y con el papel que se está desempeñando. El ubicar los “puntos virales” del discurso y de la figura nos permite diseñar una estrategia efectiva.

  • La comunicación asertiva es la base de un signo fuerte:
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Comunicación asertiva con su equipo de trabajo.

Si concebimos el signo, es decir la figura pública, como la “personalidad” de toda una organización, el modo en que funciona y se relaciona con sus grupos de interés, el discurso tanto en lo que dice, cómo lo que se dice y a quién se lo dice. Todo ello nos arrogará la base de un signo fuerte. Lo que el signo expresa a través de todas sus comunicaciones –ya sean verbales, escritas o visuales– refleja de modo consistente la esencia de su razón de ser. Todos los signos sobresalientes –políticos exitosos– tienen un discurso claramente definido que se manifiesta de modo consistente en todas sus comunicaciones.

  • La comunicación asertiva interna implementa la estrategia:

Una estrategia no sirve para nada si no es aceptada e internalizada por el equipo de trabajo cercano, influyente o ejecutante. Una buena comunicación consiste en escuchar tanto como en decir. Escuchar al equipo, tomar en cuenta sus opiniones, y comunicar las decisiones y estrategias de un modo transparente, permite dejar en claro las expectativas y los beneficios. Ello favorece el éxito de una estrategia pues todos sabrán hacia dónde dirigirse evitando desgastes innecesarios.

  • Hay que saber a quién le estamos hablando:

Saber cómo introducir distintas inflexiones, menciones y figuras retóricas en el discurso según el interlocutor sin dejar de ser consistentes con la figura ya marcada o indicada. Es decir, el mensaje y discurso pueden y deben de variar sin que la esencia se vea alterada.