La semiótica permite detectar los significados de cualquier figura pública mediante una investigación profunda sobre lo que opinan, no sólo directamente de algún personaje público; sino de lo que piensan alrededor de los diversos significantes que integran la vida pública y la vida cotidiana.
Las personas no ven a las figuras públicas como un mero sujeto, sino que subconscientemente lo perciben inmerso en un contexto que afecta su realidad inmediata.
Hay que entender que el marketing político convencional nos dice simplemente qué cualidades tiene la figura pública, mientras que el marketing semiótico nos dice qué significa para las personas. El desconocimiento de este criterio es un claro ejemplo de por que existen campañas exitosas o fallidas.
Las audiencias no responden a lo qué se les dice en medios masivos, sino que responden al por qué se les dice.
El Estudio Semiótico revela la identidad que se debe proyectar.
El mensaje se emana de la identidad de la figura pública, de manera tal que se logra una congruencia entre quien emite el mensaje y quien lo recibe. El estudio semiótico sirve en cualquier estrategia electoral para encontrar la causa entre el personaje y su electorado.
Es decir, la esencia de su rol empatado con el discurso que resuena en las personas. Ello crea una imagen y un discurso coherente para toda la audiencia y eso a final de cuentas lo lleva a ser aceptado y retomado para la votación.