Bode Miller

La semiótica te permitirá una visión global en tu estrategia.

La semiología, o la semiótica como hoy día casi todo el mundo le nombra, tiene una gran utilidad en diversas áreas de nuestra vida. La política no está exenta. Las aplicaciones que encontramos son muy variadas. En esta breve entrada plantearé una visión general.

Cuando un político está en campaña, al puesto de elección que sea, se enfrenta a una fuerte competencia. ¿Qué es lo que le permitirá resaltar sobre todos sus oponentes y ganar la elección? Hay quizás varias respuestas, pero todas, tarde que temprano, se concentran en una sola: estrategia.

Ahora bien la gran mayoría cae en estrategias similares. De ahí que nos parezca que sus campañas son como “idénticas”.

La estrategia electoral que emana de la semiótica es distinta, tiene otros alcances. Lo que vamos a hacer, con herramientas perfectamente bien probadas y pulidas, será alinear los significados del candidato con los valores de las personas.

Resulta ser que la mayoría de la audiencia no ve al candidato como una mera persona… por supuesto que lo es, pero bajo las circunstancias en que se encuentra (la campaña) es algo más. ¿Qué es? Es un signo.

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Se requiere una estrategia bien pensada y orquestada con un propósito: ganar.

La estrategia electoral que emana de la semiótica es distinta…

Este signo tiene diversas interrelaciones o significantes delante de una audiencia. Si estos significantes son demasiado diversos y peor aún, contradictorios, la audiencia se encontrará confundida y perdida. La semiótica encuentra que los significantes tengan un cuerpo entre si coherente y con un sentido para la audiencia.

A la audiencia bien le podemos llamar el Imaginario Colectivo. Donde quiera que se mueva el candidato estará de frente al Imaginario Colectivo: en un acto público, en una entrevista, saliendo de su casa u oficina, casi no hay rincón en donde no se encuentre sometido a la opinión y visión del Imaginario Colectivo.

El Imaginario Colectivo es la forma de pensar y sentir en común que tenemos todos cuando formamos parte de una sociedad, sin importar mi propia forma de pensar la cual puede ser opuesta, pero que al exponerla ante los demás aplica por igual para todos. En síntesis es el conjunto de creencias, signos e ideas que existen en una sociedad.

Ante todo este universo lo que todo candidato requiere es un discurso asertivo. Pero, ¿cómo se puede obtener un discurso asertivo? Otra función más de la semiótica aplicada será precisamente el encontrar los conceptos claves para el discurso, las frases perfectamente relacionadas en el imaginario colectivo así como la detección de valores fundamentales para el uso del candidato que se relacionan con el catálogo de pensamientos y emociones del imaginario colectivo. Sencillo, ¿o no? Sí, siempre y cuando se cuente con las herramientas necesarias y el conocimiento para su aplicación.