Cuando un individuo llega ante la presencia de otros; estos de manera intuitiva tratarán de adquirir información acerca de él a través de la imagen que proyecta. Les interesará conocer su status socioeconómico, sus capacidades, su integridad, su actitud, su formación y su apertura al diálogo, para así poder marcar las pautas de interacción.

Son cinco los factores de proyección que crean y estimulan la imagen pública: la actitud, el comportamiento, la identidad, el discurso y la vestimenta; estos a su vez se asocian con tres elementos básicos de simbolización; el cuerpo, el habla y las acciones. El cuerpo se relaciona con la actitud y la vestimenta, el habla con el discurso y finalmente, las acciones con el comportamiento.

Nuestro cuerpo, aún cuando no lo percibimos, mantiene todo el tiempo cierta actitud, proyectando energía, emociones y el estado de ánimo en el que nos encontramos, esto por principio de cuentas establecerá el tipo de relación que es posible entablar.

La forma en que vestimos nuestro cuerpo también transmite significados claros acerca de nuestra identidad. Y es que no se trata simplemente de verse bien o seguir las modas, la vestimenta y el arreglo personal deben simbolizar la imagen que buscamos proyectar, considerando el tipo de cuerpo, el contexto, las costumbre y los protocolos de etiqueta y comportamiento. Mucho se ha tachado de irrelevante y superficial a este aspecto de la imagen pública, pero es un factor que unido al resto genera congruencia y credibilidad hacia el personaje público.

En el discurso existen dos niveles de impacto, el oral y el escrito. Para el primero, no bastará sólo con dominar la estructura del mensaje, en ese nivel influyen aspectos de la paralingüística tales como el tono, la modulación, la dicción, la pronunciación, la intención, el volumen, el acento y el timbre, que en conjunto transmiten significados valiosos para la construcción de la imagen.

Los comportamientos a diferencia de la actitud, tiene que ver con las decisiones y acciones que una persona lleva acabo en ciertas circunstancias, además del dominio y conocimientos de los protocolos profesionales ante los que se presenta.

En cuestión de imagen publica, no basta con seguir tips y consejos, así como se plantea una estrategia de comunicación, la imagen debe construirse y mantenerse a través de una estrategia que defina objetivos, establezca las herramientas adecuadas para su transmisión y evalúe los resultados obtenidos.